Los que hemos oído hablar del Mindfulness ya sabemos que ayuda a reducir el estrés, que mejora la concentración, mejora nuestra productividad, favorece el sueño… y una larga lista de beneficios.
Pero no terminamos de visualizar cómo nos ayudará en nuestro día a día.
Pensemos qué ocurre si mejoramos nuestra atención en el presente, si realmente estamos concentrados en lo que hacemos:
¿A menudo olvidas a qué ibas a la cocina? ¿Pierdes el coche en el parking? Sin duda, situaciones como estas nos afectan de diferentes maneras y sufrimos sus consecuencias. La atención en el presente reduce considerablemente estos tipos de “olvidos” provocados por el “piloto automático” que adopta nuestro cerebro cuando estamos pensando en cosas diferentes a los que estamos haciendo.
¿Y si hablamos de relaciones? ¿Pierdes el hilo de la conversación cuando charlas con alguien y tienes que disimular que estabas escuchando? ¿Olvidas o confundes los nombres de las personas con las que estás? ¿A menudo sabes que te han dicho algo, pero no recuerdas qué?… Escucha activa, algo que requiere atención plena en el momento presente y que nuestra “mente de mono” interrumpe constantemente.
Hablemos de sexo … Si las relaciones sexuales se basan en la experiencia corporal, nuestro cuerpo y nuestra mente deben estar conectados y preparados para vivir esa experiencia conjuntamente. Mantener el foco en las partes del cuerpo que están siendo estimuladas en cada momento del acto, ser capaces de percibir la reacción de cada parte de nuestro cuerpo al roce y el contacto, percibir el entorno y los sonidos, percibir a la otra persona … La conciencia en el momento presente y la exploración corporal van unidas en la práctica del Mindfulness.
¡Imagina cómo podría mejorar tu vida sexual con un poco de entrenamiento!
Hablemos del trabajo y los estudios, también… Sin duda todos pasamos por momentos en los que nuestra eficiencia o productividad se ven comprometidas por nuestra falta de concentración. En ocasiones vemos que el tiempo pasa y nosotr@s no avanzamos … ¡y realmente queremos, pero no podemos! Ser capaces de detectar las distracciones mentales en el momento que aparecen y saber deshacerse de ellas manteniendo la concentración es la base de Mindfulness. Sin duda el mejor aliado para obtener los resultados deseados en aquello que te propongas.
¿Y esos pequeños placeres de la vida?
- Leer un libro sin tener que volver empezar la misma página dos veces…
- Sentir el agua de la ducha… ¡pero sentirla como corre por el cuerpo!
- Escuchar la música que te gusta con todos los sentidos implicados en ella.
- Pasear por el campo o la playa sin perderte cada una de las sensaciones que tiene para ofrecerte: olor, color, tacto, sonido…
- Experimentar qué se siente al comer con atención plena, ¡algo que sin duda sorprendentemente sorprendente!
Mindfulness es para vivir, sentir y
aprender del día a día.
Es un estilo de vida.
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