Hay ciertas actitudes que se revelan como especialmente importantes en el trabajo atencional que realizamos a través del Mindfulness. Siguiendo los pasos de Jon Kabat-Zinn, podemos hablar de 7 actitudes fundamentales + 2 actitudes secundarias en las que Mindfulness no sólo interviene transformándonos, sino que nos entrena en ellas, llegando a convertirlas en rasgos profundos de nuestro carácter, más allá de ser meras actitudes personales:
Sólo cuando elegimos y permitimos que el presente sea el que es, podemos adaptarnos a él.
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Aceptación
Frecuentemente tenemos la creencia automática de que sería mejor otro presente que el real. Sobre todo cuando nos encontramos con situaciones incómodas. Aceptar lo que nos resulta placentero nos nace naturalmente. Transitar las situaciones dolorosas plenamente requiere una decisión personal. Sólo cuando elegimos y permitimos que el presente sea el que es, podemos adaptarnos a él. De esta adaptación surgen nuevas oportunidades de acción, relación y construcción de un nuevo presente más armónico con el devenir. Como fruto de esta aceptación surge la compasión: cuando aceptamos lo real, podemos comprender la trayectoria que ha conducido al punto presente e incluso identificarnos en lo profundo de uno mismo y comprobar que en algún momento también nos ha sucedido algo similar. De esta comprensión nace un amor benevolente por la realidad, más allá de que cambie o no. El amor y la aceptación de lo imperfecto o lo indeseable es también compasión. Precisamente porque nos vemos reflejados en esa persona o realidad.
Abrirnos a una mirada imparcial y acogedora de las personas y situaciones que atravesamos tal y como son es la actitud que potencia el Mindfulness
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No juzgar
Nuestras categorías mentales se mueven habitualmente en términos excluyentes blanco/negro, día/noche, me gusta/no me gusta, etc. Continuamente generamos juicios acerca de los hechos y de las personas con las que entramos en relación. Cuando juzgamos, manifestamos nuestra preferencia de una polaridad frente a su contraria. Esto supone que todavía no hay aceptación de lo real. No somos capaces de relacionarnos realmente con lo que tenemos delante hasta que dejemos de opinar y juzgar sobre ello. Mientras fabriquemos juicios acerca de la realidad, nos estamos manteniendo en posesión de la única verdad que damos por cierta. Abrirnos a una mirada imparcial y acogedora de las personas y situaciones que atravesamos tal y como son es la actitud que potencia el Mindfulness.
Es necesario dejarse sorprender por la persona/situación en su manifestación concreta.
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Mente de principiante
Esta actitud es sinónimo de curiosidad y sorpresa. Todos hemos pasado por cualquier experiencia cotidiana de nuestra vida con anterioridad. Y nos enfrentamos a cada nueva repetición de la misma según la impronta que nos hayan dejado anteriores experiencias. Esto se aplica también para las personas. Entrenando la atención, hacemos presente que cuando nos encontramos con alguien o algo no es la misma persona o situación que conocimos ayer o hace tiempo, no podemos prever su forma de pensar, sentir o actuar. Es necesario dejarse sorprender por la persona/situación en su manifestación concreta. Hoy no somos la misma persona que ayer, ni siquiera bioquímicamente; menos aún a nivel mental o emocional.
Atendiendo al presente, nos entrenamos en la paciencia.
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Paciencia
La paciencia es la ciencia de la paz, el arte de permanecer en paz con lo que hay. Lo que hay en el presente, en la dosis en que lo hay, es suficiente para la Vida. A veces aunque lo deseáramos, no podríamos recibir más que lo que recibimos ni dar más de lo que damos. Todo es como es porque así lo requiere alguna de las partes implicadas, para su más completa realización. Atendiendo al presente, nos entrenamos en la paciencia, no desesperándonos cuando la realidad no sucede como habíamos planeado o cuando las personas no responden como desearíamos.
Confiar es dar algo ya por real.
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Confianza
Confiar es el sustrato en el que se desarrollan las demás actitudes. Es una apuesta de fe, aún sin razones. Confiar es ver con el corazón sin haberlo visto con los ojos. Es dar algo ya por real y actuar con la seguridad de que ya sucede, antes aún de que se haya podido materializar. Podemos confiar en la práctica como herramienta y en que la permanencia en la misma nos alcanza ya un beneficio para nuestro estado de conciencia, antes incluso de que sea hayan producido transformaciones mayores.
Practicar sin finalidad ni objetivo. Sólo por la práctica en sí.
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No metas
Estamos acostumbrados a movernos por propósitos y objetivos. Es escaso el hacer algo por el mero placer de su ejecución. Esto es algo que se da en las artes: música, pintura, escritura…. Es fácil que la práctica de Mindfulness pueda convertirse en un medio para alcanzar un fin. Puede ser que practiquemos para alcanzar un estado interior determinado o para evadir realidades indeseadas. Ante esto, el budismo propone la actitud “Mushotoku”: nada que obtener. Practicar sin finalidad ni objetivo. Sólo por la práctica en sí. Es la actitud necesaria para la vida diaria: permitir que nuestro ser biopsicosocial se experimente en los hechos sin “cosificar” la realidad como un medio. Lejos de convertir la vida en una existencia sin propósito, nos convierte en personas abiertas a la vida real, tal como sucede, sin cargarla con expectativas.
Apegarnos a un estado pasado ocasiona perderse el presente
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No apegos
El apego es una realidad humana que se suele confundir con el amor. Sin embargo, un amor consciente se ocupa del “otro” mientras está presente. Y cuando no está, le desea toda la prosperidad desde la distancia y se ocupa en lo que sí está presente. No se ama más por pensar más en la persona amada. Esto puede suceder si no se está plenamente en ningún presente. Y resulta un amor mucho más romántico. Pero no más intenso.
Así hemos de hacer para no apegarnos a lo que nos es querido, sean personas, circunstancias o estados mentales. Es importante mantener la atención en lo que es realmente, para no buscar repetir un estado o situación anterior. Apegarnos a un estado pasado ocasiona perderse el presente en un intento de repetir un antiguo presente, no dejándonos disponibles para vivir el actual.
Meditar es no hacer
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No esforzarse
Por paradójico que pueda parecer, meditar es “no hacer”. Cualquier esfuerzo por conseguir que la meditación tenga una forma o finalidad no es más que un pensamiento que entorpece la atención plena. Mantener el filtro de la no-intervención mental en los procesos de atención es lo más recomendable, dejando que lo que haya se manifieste, sin elegir intencionalmente ninguna cosa.
Una actitud de agradecimiento es fundamental.
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Gratitud
Mantener una actitud de agradecimiento es fundamental en la vida en general. En nuestro caso particular, la atención plena no se exige ni se nos debe. Surge como consecuencia del entrenamiento, pero no es fruto de nuestro merecimiento por hacerlo. Simplemente sucede, a veces incluso sin darnos cuenta del momento exacto. Dado que no depende únicamente de nuestra voluntad de practicar, sino del fluir del presente de cada práctica, ha de ser agradecida a la Vida, que es quien realmente hace posible que se manifieste en nosotros momento a momento.
El alcance de esta actitud se multiplica
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Generosidad
Cuando trabajamos la atención, todos los que nos rodean se ven influenciados. No es simplemente un logro personal el ganar en conciencia plena. Esta actitud mejora nuestra manera de relacionarnos y esto repercute en la felicidad y beneficio de nuestros familiares, amigos y conocidos. Pero el alcance de esta actitud se multiplica exponencialmente al mejorar su propia percepción de felicidad, ya que al relacionarse con sus familiares, amigos y conocidos, están extendiendo esta red de felicidad, extendiéndola hasta incluir a la Humanidad entera. Así es como el aleteo de una mariposa genera un huracán al otro lado del mundo: la práctica individual repercute en la paz mundial.
CONCLUSIÓN
Podemos afirmar que Mindfulness es a la vez una escuela de actitudes y, a la vez, una actitud en sí mismo. Sea que lo vivamos con una visión inmediata como que lo comprendamos con una mirada más a largo plazo, la transformación de nuestro carácter y la construcción de una nueva actitud vital son hechos reales.