¿CUÁLES SON LAS CUALIDADES DE LA ATENCIÓN A DESARROLLAR CON MINDFULNESS?
En la práctica de mindfulness existen una serie de cualidades o características de la experiencia meditativa que son observables y entrenables. Constituye una matriz fenómenológica que permite mapear los diferentes estilos y niveles de meditación, por lo que puede servir tanto para compartir la experiencia contemplativa entre personas (independientemente de su estilo meditativo) como para realizar estudios de investigación. Este modelo fenomenológico es similar al que se utiliza para clasificar los trastornos mentales (Hyman 2007).
Existen diferentes modelos descriptivos de estas cualidades, pero uno de los más utilizados en el entorno científico es el de Lutz y cols (2015) que es el que analizaremos en esta sección. Describe siete cualidades que se estructurarían en dos grupos:
a) Primarias: Las tres son nucleares y, por tanto, constituyen el objetivo de cualquier tradición meditativa, aunque el énfasis que se pone en cada una de ellas puede variar en cada estilo contemplativo. Incluyen:
1.- Orientación hacia el objeto, 2.- Dereificación y 3.- Metaconciencia. Se consideran ortogonales, es decir, pueden desarrollarse de forma independiente entre sí.
b) Secundarias: Son cualidades muy relevantes de la experiencia meditativa.
Apertura, Claridad, Estabilidad y Esfuerzo.
Este modelo está basado en el conocimiento científico actual de mindfulness y es coherente con la tradición budista.
Todas estas cualidades son entrenables, es decir, todas ellas constituyen una diana directa o indirecta de las instrucciones meditativas. Según la tradición budista un meditador entrenado puede describir de forma fiable todas estas dimensiones (Gunaratana 2002). Este modelo no es exclusivo, ya que existen otros, y no exhaustivo, es decir, pueden existir más cualidades que aquí no se han incluido.
Pero este modelo es unos de los más sencillos y comprensibles. Está basado en el conocimiento científico actual de mindfulness y es coherente con la tradición budista. Se ha desarrollado en base a la bibliografía psicoterapéutica (Kabat Zinn 1990; Segal y cols 2012), relatos budistas tradicionales (Gunaratana 2002), manuales de meditación contemporáneos (Goldstein y Kornfield 2001) y el análisis escolar de las prácticas tradicionales (Analayo 2003; Bodhi 2011).
El modelo solo puede ser confirmado por meditadores experimentados
El modelo solo puede ser confirmado por meditadores experimentados, ya que los principiantes carecen de suficiente perspectiva, de suficiente experiencia para poder validarlo. Para su confirmación serían necesarios datos de primera persona (fenomenológicos) y, simultáneamente, la experiencia desde la tercera persona (científicos) pero, en este momento, no existen este tipo de estudios.
ELEMENTOS BASICOS (Lutz y cols, 2015)
Además de estas cualidades específicas, que posteriormente describiremos, existirían una serie de elementos básicos que confluyen en todas las prácticas de mindfulness y meditación, y que permiten poder desarrollarlas. Estos elementos no se describen en el modelo porque no son distintivas, ya que se encuentran en casi todos los modelos de meditación. Son los siguientes:
La motivación de la práctica sería reducir el sufrimiento propio y de los demás seres humanos.
- POSTURA FÍSICA: Se considera, en general, un elemento clave y existen posturas tradicionales, como el loto o el medio loto, que se consideran más útiles que otras. Excepto en el Zen, la mayoría de las otras tradiciones no ponen un énfasis tan importante en la postura.
- ACTITUD NO AVERSIVA: Se recomienda a los practicantes que durante la meditación debe mantenerse una actitud amistosa, de aceptación (y no de confrontación y lucha), hacia los fenómenos mentales que aparezcan. Tanto en el Vipassana como en algunas escuelas de budismo tibetano, se da un paso más y se pone énfasis en desarrollar la actitud de amor bondadoso. Esto sería similar al concepto de kindfulness que hemos descrito en la sección 4.1.
- AXIOLOGÍA: Se refiere a factores contextuales como valores, metas y, especialmente, la ética que da forma a la práctica de mindfulness. Aunque en la tradición puede haber ciertas variaciones en este tema según las diferentes escuelas, se considera también un tema nuclear. Sin embargo, en el mindfulness moderno, la ética solo queda implícita, en parte porque la pátina secular hace que la ética se considere una cuestión personal. En cualquier caso, una mínima y común motivación de la práctica sería reducir el sufrimiento propio y de los demás seres humanos. Una amplia discusión sobre la ética en mindfulness y las críticas sobre McMindfulness aparece en la sección 2.9.
- MANTENIMIENTO DE LA TAREA o RETENCIÓN: Es una característica contextual que no se articula de forma separada. Describe la capacidad de mantener el contexto creado mediante la postura física, el tono afectivo y la axiología, e incluye las instrucciones prácticas específicas para realizar la meditación formal. Aunque el mantenimiento de la tarea está basado en la metaconciencia y la estabilidad como luego veremos, podría decirse que es el proceso global que emerge de la interacción de todas las dimensiones de mindfulness.
DIMENSIONES FUNCIONALES o PRIMARIAS (Lutz y cols, 2015)
Esta dimensión es muy intensa en la práctica de la atención focalizada avanzada
1.- ORIENTACIÓN HACIA EL OBJETO (OO): Describe la sensación fenomenológica de que la experiencia mental está orientada hacia un objeto concreto de atención. Este objeto intencional puede aparecer mediante la percepción, la memoria o la imaginación. Lo importante no es la selección del objeto concreto, sino la sensación de que la atención esta intensamente orientada hacia el objeto, aunque no se haya seleccionado objeto claramente (ejemplo: si se busca una persona en una multitud, el resto de personas no son objetos como tal, pero la atención esta intensamente orientada hacia ellos).
Esta dimensión es muy intensa en la práctica de la atención focalizada avanzada y, fuera de la meditación, en situaciones de atracción muy intensa, por ejemplo, en el deseo erótico. Por el contrario, los niveles de OO son bajos en algunas formas de monitorización abierta y en la mente errante.
2.- DEREIFICACIÓN: Refleja el grado en que percepciones, pensamientos y emociones son interpretados como simples procesos mentales y no como una descripción precisa de la realidad. Por ejemplo, durante las rumiaciones en un trastorno depresivo, dentro de los esquemas mentales del paciente, puede surgir el pensamiento de “Soy un fracaso” y es interpretado como la descripción real de uno mismo y no como un subproducto cognitivo del proceso depresivo.
O cuando uno se representa una comida sabrosa cuando tiene hambre, puede empezar a salivar. La reificación es muy alta cuando los fenómenos mentales parecen describir la realidad (primer caso) o cuando parecen ocurrir realmente en el presente (segundo caso). Por el contrario, es baja, es decir, hay dereificación, en algunos tipos de meditación como monitorización abierta o toma de perspectiva, o en la resolución de problemas creativa (en la que aparece pensamiento lateral). En todas ellas no se reifica ninguna línea de pensamiento como la única solución, ni el individuo se siente emocionalmente apegado a ninguna alternativa de pensamiento.
En mindfulness se recomienda centrarse en el cuerpo
La máxima dereificación aparece cuando los pensamientos pierden su capacidad de representación y sólo son considerados fenómenos mentales que aparecen de forma corporeizada en un campo de fenómenos propioceptivos, somáticos, sensoriales y afectivos. Por eso en mindfulness se recomienda centrarse en el cuerpo porque si uno atiende a las fluctuaciones de las sensación es corporales que produce un pensamiento, pierde su capacidad de representación.
Algunos aspectos de la dereificación ocurre sin entrenamiento, como la capacidad de darse cuenta de que estamos soñando despiertos. La dereificación es una cualidad clave ya que se relaciona con el insight metacognitivo o el descentramiento.
Una técnica para mantener la dereificación es realizar reevaluaciones continuas y decirse a sí mismo: “Esto sólo es un pensamiento”. Esta es una forma habitual para los novicios de manejarse con los distractores. Con el tiempo, no se requieren reevaluaciones. Cuando la experiencia es amplia, la dereificación se mantiene atendiendo al campo de conciencia en sí mismo y no a un objeto concreto, como ocurre en la monitorización abierta.
Hölzel y cols (2011), cuando hablan de los mecanismos de acción de mindfulness, describen un tipo específico de dereificación que es la desidentificación del yo. Aquí la dereificación se dirigiría a los fenómenos mentales que estructuran una visión estática del yo. Sin embargo, la dereificación (por ejemplo recordar un suceso desagradable siendo consciente de que sólo son pensamientos y no experimentar el correlato emocional negativo) no tiene ninguna relación con el hecho de tener o no una visión estática del yo.
3.- METACONCIENCIA: Es la monitorización de la experiencia, el estado mental que surge cuando se dirige la atención a los contenidos de conciencia. Un ejemplo clásico, tomado de la tradición contemplativa, es darse cuenta de que la mente se ha ido de su objeto de atención. La metaconciencia incluiría dos aspectos:
La metaconciencia es darse cuenta de que la mente se ha ido de su objeto de atención
a) INTROSPECTIVA: La atención se dirige hacia uno mismo. También se ha descrito como un juicio retrospectivo de segundo-orden. Esta conciencia lo que observa es el estado afectivo propio u otras características psicológicas del propio observador.
b) CONTEXTUAL: La atención se focaliza en las características de la experiencia fuera del objeto de atención. Es muy importante en la monitorización abierta y se facilita mediante frases del tipo: “Deja pasar cualquier expectativa” o “Pon la mente alerta”. También se desarrolla en la atención focalizada cuando se le dice al sujeto no sólo que ponga atención en el objeto sino que monitorice el nivel de atención, por lo cual tiene que ser consciente de los distractores.
Existe un período de mente errante en el campo de conciencia que atrae la atención
Por ejemplo, si se practica atención a la respiración, la metaconciencia contextual conoce que existe un período de mente errante en el campo de conciencia que atrae la atención y se genera un conflicto atencional en el que (en meditadores experimentados) la atención se mantiene en el foco respiratorio mientras se es consciente del tren de pensamientos del período de mente errante.
Cuando se pierde la atención lo primero es una metaconciencia situacional y, posteriormente, una metaconciencia introspectiva que restaura el nivel de atención.
Posteriormente, suele aparecer la metaconciencia introspectiva y uno observa el impacto que ha tenido en los niveles de atención sobre el objeto. Esto suele ser lo habitual: cuando se pierde la atención lo primero es una metaconciencia situacional y, posteriormente, una metaconciencia introspectiva que restaura el nivel de atención.
La metaconciencia introspectiva restaura el nivel de atención.
La metaconciencia situacional típicamente ocurre mientras el individuo todavía mantiene la atención en el objeto primario de atención. Un ejemplo en investigación es el test de Stroop: la atención es capaz de tomar conciencia del conflicto producido por el estímulo (ej: la palabra “azul”) y el color del estímulo (rojo). Otro ejemplo sería pedirle a alguien que diga la edad de una persona la cual muestra claramente una facies deprimida. Aunque el individuo no se le ha pedido que atienda a este segundo aspecto, sin perder la atención en la tarea (la edad) seria capaz de informar de ello.
La metaconciencia sería el equilibrio entre la situacional (que nos informa de elementos extraños al objeto de atención) y la introspectiva (que informa de hasta que punto se ha deteriorado la atención y hay que volver a restaurarla). Si se tiene baja metaconciencia situacional no se es consciente de los estímulos diferentes al objeto de atención (ej: la atención está puesta en un objeto visual y surge un fenómeno auditivo que no es detectado). Si la metaconciencia situacional es elevada sería la cualidad de “estabilidad”, que luego veremos, la que facilitará volver pronto y con el mínimo esfuerzo al objeto de atención.
Los meditadores experimentados pueden tomar conciencia de manera meticulosa de todos los fenómenos mentales asociados al proceso meditativo.
Los meditadores principiantes no tienen suficiente metaconciencia por lo que son capaces de identificar las veces que se distraen, pero no identifican las pequeñas perturbaciones mentales, porque se convierten en distracciones completas. Por el contrario, meditadores experimentados, sobre todo en monitorización abierta, pueden tomar conciencia de manera meticulosa de todos los fenómenos mentales asociados al proceso meditativo (estado afectivo, distractores, etc).
Hay que insistir en que tanto en la literatura budista como en la científica a veces se confunde dereificación con metaconciencia, pero no son idénticas. La metaconciencia de los pensamientos podría llevar a la dereificación, pero no siempre van asociados. Mientras se practica mindfulness en la respiración uno puede ser muy consciente de un episodio de mente errante con la metaconciencia situacional y volver a reinstaurar la atención con la metaconciencia introspectiva, pero creerse los pensamientos de autocrítica que ha producido la mente errante.
DIMENSIONES SECUNDARIAS (Lutz y cols, 2015)
Se considera que existen cuatro:
1.- APERTURA: Refleja la amplitud del foco de atención, siendo la analogía utilizada la del microscopio. Puede describirse, en los extremos, como:
– Estrecha: Cuando el objeto de concentración esta bien definido (ej: la respiración)
– Amplia: Cuando no está definido. Por ejemplo, en monitorización abierta es todo el campo de conciencia.
El foco puede ir abriéndose progresivamente: Así un foco estrecho sería las fosas nasales en la respiración y un foco más amplio se consideraría todo el cuerpo en la parte final de la práctica de los tres minutos.
El exceso de claridad puede minar la atención.
2.- CLARIDAD: Grado de viveza de la experiencia. Cuando la meditación tiene una clara orientación al objeto, la experiencia, se manifiesta como que el objeto es claro o saliente, lo cual es especialmente evidente en meditaciones de imaginería mental (ejemplo: las complejas visualizaciones propias del budismo tibetano). Por ejemplo, en la rumiación depresiva el objeto de atención es más vivido que en la simple mente errante. Si existe alta claridad y alta metaconciencia, todos los elementos relacionados con la experiencia se van a vivir intensamente (ej: distractores, tono afectivo, etc). Por eso, como un exceso de claridad puede minar la atención, en las tradiciones contemplativas se tiende a modular el exceso de claridad para que no sea un problema.
Puede existir una gran estabilidad si el meditador muestra alta metaconciencia y baja reificación de los fenómenos mentales.
3.- ESTABILIDAD: El grado en que la experiencia se muestra persistente en el tiempo. Las rumiaciones son un ejemplo de un fenómeno mental estable no intencional. La estabilidad es diferente según el tipo de meditación. En atención focalizada, por ejemplo la visualización de un disco de color, se presenta como un objeto estable y que no cambia a lo largo del tiempo. Sin embargo, en la monitorización abierta, en el subtipo “Conciencia sin elección”, puede haber un fluir continuo de pensamientos y sensaciones cambiantes como contenido fenomenológico, pero puede existir una gran estabilidad si el meditador muestra alta metaconciencia y baja reificación de los fenómenos mentales.
4.- ESFUERZO: Se refiere a la impresión de que el propio estado metal es fácil o difícil de mantener. Si el esfuerzo es elevado, requiere una actitud deliberada de control, lo que suele ocurrir en los estadios iniciales de meditación. Cuando el control es bajo, apenas se requiere intención deliberada para mantenerlo, lo que es propio de estados avanzados de meditación. Mantener un elevado esfuerzo en fases avanzadas sería contraproducente. Debido a la limitada capacidad de atención voluntaria, es difícil mantener un elevado grado de esfuerzo mucho tiempo.
LAS CUALIDADES DE LA ATENCION EN LOS DIFERENTES TIPOS DE MEDITACIÓN (Lutz y cols, 2015)
Las cualidades de la atención pueden describir las características de los tipos de meditación y el grado de experiencia del individuo (novel y experimentado).
A continuación describimos las dos meditaciones atencionales más empleadas (atención focalizada y monitorización abierta) en base a la experiencia de los practicantes usando la matriz fenomenológica de Lutz y col (2016):
1.- ATENCIÓN FOCALIZADA (AF):
– En meditadores noveles, la AF se caracteriza por intensa Orientación al Objeto (ej: respiración), con escasa Apertura. Como las distracciones son frecuentes, requieren bastante Metaconciencia para notar las distracciones y suficiente Dereificación como para no quedarse enganchado a la mente errante. Todo ello exige un gran Esfuerzo, y pese a ello la Estabilidad y la Claridad son medianas.
– En practicantes experimentados, sigue una intensa Orientación al Objeto pero las perturbaciones son percibidas antes de que se conviertan en distracciones completas, porque la Metaconciencia se ha desarrollado con la práctica (pero no excesivamente porque impediría la orientación al objeto) y también la Dereificación, lo que permite no quedarse enganchado a los pensamientos. La Estabilidad es mayor y también la Claridad, siendo capaces de percibir más aspectos del objeto, todo ello con menor Esfuerzo.
2.- MONITORIZACIÓN ABIERTA (MA):
En la tradición se dice que el esfuerzo induce la selección del objeto, por lo que en MA es crucial relajar el esfuerzo.
La MA se caracteriza por el cultivo de la Metacognición. Lo habitual es que se empiece por AF con lo que se calma la mente y se reduce el efecto de las distracciones. Conforme AF avanza, el cultivo de la metaconciencia como habilidad de monitorización es el principal punto de unión con la MA. Progresivamente no se focaliza en ningún objeto explícito y se permanece en la monitorización como tal, que no es realmente un nuevo foco. En la tradición se dice que el esfuerzo induce la selección del objeto, por lo que en MA es crucial relajar el esfuerzo. En FA el tono afectivo es detectado como una característica contextual del objeto, en MA se detecta sin selección del objeto. Sobre estas bases describiremos el estado mental de novicios y meditadores experimentados:
– El novicio en MA tiene escasa Orientación al Objeto, con amplia Apertura y con escaso Esfuerzo (para no seleccionar objeto) así como alta Metaconciencia. La Dereificación, crucial para no quedarse enganchado en los procesos de mente errante, es mas alta que en los novicios de FA. Debido a la falta de experiencia, la claridad y la estabilidad son medias.
– El experto en MA tiene aún mayor Apertura, con menor Orientación al Objeto. La experiencia aumenta la Metaconciencia y la Dereificación (ambas importantes en MA). Como experto, el Esfuerzo es mínimo y la Claridad y Estabilidad elevadas.
Referencias:
Analayo. Satipana: The direct path to realization. Birmingham: Windhorse, 2003.
Bodhi B. What does mindfulness really mean? A canonical perspective. Contemporary Buddhism 2011; 12, 19–39.
Goldstein J, Kornfield J. Seeking the heart of wisdom: the path of insight meditation. Boston: Shambhala, 2001.
Gunaratana H. Mindfulness in plain English. Wisdom Publications, 2002.
Hyman SE. Can neuroscience be integrated into the DSM-V? Nature Reviews. Neuroscience 2007; 8, 725–732.
Kabat-Zinn, J. Full catastrophe living: The program of the Stress Reduction Clinic at the University of Massachusetts Medical Center. Dell Publishing, 1990.
Lutz A, Jha AP, Dunne JD, Saron CD. Investigating the phenomenological matrix of mindfulness-related practices from a neurocognitive perspective. Am Psychol. 2015 Oct;70(7):632-58.
Segal ZV, Williams JMG, Teasdale JD, Kabat-Zinn J. Mindfulness-Based Cognitive Therapy for Depression (2nd edition). The Guilford Press, 2012.
Publicado con permiso del autor
© 2018 by Javier García Campayo y Marcelo Marcos Piva Demarzo
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