Confía en el trabajo que hacemos y entrégate con generosidad a una mirada interna. Durante cada momento de la práctica meditativa, recuérdate preguntar. Pregúntate y responde, ¿qué es esto? ¿Desde dónde y para qué hago las cosas?
Indagar, profundizar, descubrir, revelar son verbos que forman parte de un meditador serio y honesto que se entrega a la vía.
Quizá al mirar te parezca que vienes a buscar algo porque crees que no lo tienes o no lo consigues. Sigamos con los verbos: tener, querer, poseer son distintos a los de entregar, confiar y compartir, por ejemplo.
¿Qué se te mueve con estas enseñanzas? ¿Quizá esperabas profundas orientaciones espirituales, técnicas metafísicas, mayor hondura…? ¿Qué has oído y qué no has querido escuchar de lo que he dicho? ¿Qué te pasa, practicante, cuando el maestro dice: párate y observa? ¿Nada más?
Respira, toma conciencia de la respiración. Respira, párate y observa. No empujes. No te detengas. No corras. Ralentizar no es parar. Es ralentizar, colocar al ser en su estado natural para observar con una mirada atenta y compasiva. Esta es la esencia de la meditación.
Denkô Mesa
(Fragmento de las enseñanzas del Retiro Zen de Primavera, abril 2019)